1 dic 2024
ARTE Y DISEÑO DE INTERIORES
Conexión emocional a través del arte y su influencia en el espacio
El arte y el diseño de interiores no solo transforman un espacio, sino que también invitan a una conexión emocional que enriquece nuestra vida cotidiana. Cuando integramos una obra de arte en nuestro hogar, no estamos simplemente decorando; estamos expresando una parte de nuestra identidad. Esta elección refleja nuestros valores, deseos y emociones, creando un ambiente único y auténtico que nos representa.
La conexión emocional que sentimos con el arte es profunda e intuitiva, y responde a la armonía de colores, formas y técnicas que resuenan en nuestro interior. En un mundo acelerado, rodearnos de obras que nos inspiran calma y serenidad puede aportar un bienestar significativo, ayudándonos a encontrar ese equilibrio que tanto necesitamos.
Descubre cómo el arte abstracto puede no solo embellecer, sino también elevar la calidad emocional de tu espacio, creando un refugio que habla de ti y para ti.
Tu arte, tu espacio, tu identidad
El diseño de interiores se basa en una serie de principios y técnicas para crear ambientes funcionales, estéticos y armoniosos. Aplicar estos principios transforma el espacio, dotándolo de carácter, personalidad y un sentido de equilibrio que resuena contigo y tu identidad. El arte juega un papel esencial en este balance, complementando la decoración y aportando una dimensión profunda, emocional y expresiva que convierte cada rincón en un reflejo de nuestro mundo interno.
Una obra de arte elegida con intención puede cambiar la dinámica del espacio, actuando como un punto focal que capta nuestra atención y nos invita a la contemplación, mientras se integra con el diseño general de la estancia. Incluir piezas artísticas transforma el ambiente en una atmósfera única; es una declaración de intenciones y una forma de amor propio, aceptación y autenticidad a través del arte.
¿Cómo se conecta el arte con la identidad personal?
Adquirir una obra de arte con la que conectamos es un sello de identidad personal que potencia nuestra personalidad y expresa nuestros valores. Al elegir una obra específica para nuestro espacio, estamos afirmando nuestra identidad y creando una conexión emocional que nos refleja, nos inspira y reconforta.
Las obras, sus autores, estilo y técnica hablan directamente a nuestra sensibilidad. En esa conversación íntima, entre arte y diseño de interiores, sentimos que podemos expresar lo que atesoramos en nuestro interior, invitándonos a recordar lo esencial de nuestra identidad y a proyectarlo en nuestro entorno. Contemplar una obra que nos susurra y despierta nuestros sentidos aporta un carácter genuino a nuestro espacio al decidir integrarla en nuestra vida y decoración.
Bienestar emocional a través del arte abstracto: equilibrio y armonía en tu espacio
Cada vez se reconoce más la importancia del equilibrio emocional para la salud y el bienestar, como resultado de una armonía interna y externa. Los ritmos actuales nos demandan espacios de calma, ambientes serenos que nos permitan escucharnos como un acto de conexión personal y amor propio. Una obra de arte en tu espacio puede atraer la mirada y convertirse en el centro visual que te conecte con tu inspiración, emoción y serenidad.
¿Cómo impacta el arte abstracto en nuestro bienestar emocional?
Incorporar una obra de arte abstracto como punto focal en el diseño de interiores nos ayuda a modular las emociones y reducir la sobreestimulación, creando un refugio frente a la inmediatez y lo superfluo. La abstracción nos conecta con la parte del cerebro que maneja las emociones y sensaciones, induciéndonos a un estado de conexión interna y bienestar.
Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina, estudió y desarrolló desde la Neurociencia el concepto de la exploración inconsciente en el arte, la mente y el cerebro. Su investigación indica que al observar una obra abstracta, no aplicamos un análisis racional, ya que no existe una referencia concreta con la cual compararla. Esto facilita una conexión emocional y fluida con la obra promoviendo una contemplación reflexiva y de introspección profunda.
Según el psicólogo Rudolf Arnheim, basado en la Psicología de la Gestalt, la percepción visual de una obra está influenciada por componentes estéticos como formas, colores, movimiento y equilibrio, entre otros, que son los condicionan cómo será nuestra respuesta emocional.
Por lo tanto, a la hora de diseñar nuestro espacio, es importante elegir las obras de arte adecuadas, cuyo estilo y estética nos reconforten. Por ejemplo, el tipo de arte abstracto que yo creo es de estilo minimalista y con profundo significado. Estéticamente cuidadas y balanceadas, con formas y colores suaves y armoniosos que permiten una comunicación directa, esencial y emocional con la serenidad y la reflexión. Además, al ser piezas atemporales, son fáciles de integrar en cualquier estilo decorativo.
La importancia de contemplar y adquirir obras originales
Una reciente investigación neurocientífica llevada a cabo en el museo Mauritshuis de La Haya, nos desvela que el cerebro se activa de distinta manera cuando observamos una obra de arte original que cuando estamos ante una reproducción, llegándose a producir una reacción emocional hasta diez veces más poderosa y positiva contemplando obras de arte originales.
Pero, ¿Cuándo se dice que una obra de arte es original?
Una obra de arte se considera original cuando es el primer modelo genuino creado por un artista, resultado de su exploración artística, creatividad e inspiración. La autenticidad surge del valor único que el artista, bajo su firma, imprime en la pieza: es su alma expresándose a través de la obra.
Introducir obras de arte originales en la decoración de interiores además de estimular los sentidos y las emociones, también permite adentrarse en la dimensión personal y espiritual del artista. Cuando creo mis obras, experimento una conexión profunda con mi esencia, una energía de alta vibración que me llena de plenitud, satisfacción y gratitud. Esta energía se queda impregnada en cada una de mis piezas, transmitiéndose al espacio donde se expongan creando una atmósfera única y auténtica.
No solo es conexión y decoración, también es colección
Al adquirir una obra de arte original, iniciamos el camino del coleccionismo. Aunque pueda sonar pretencioso, coleccionar arte no es exclusivo de ricos ni de quienes poseen grandes obras. Según la Real Academia Española, un coleccionista es simplemente "alguien que colecciona". Esta definición es objetiva y clara: cualquiera que adquiera y reúna obras de arte puede considerarse un coleccionista.
Comprar piezas originales puede ser el primer paso para construir tu propia colección. Invertir en arte no solo aporta carácter estético y emocional a nuestro espacio, sino que además puede generar un patrimonio y un legado de gran valor cultural.
Y la gran pregunta: ¿Cuánto cuesta una obra de arte original?
Menos de lo que puedas imaginar.
Hay un amplio rango de precios y dependerá de tu presupuesto, y de las características de la obra que quieras adquirir. En mi catálogo, por ejemplo, puedes encontrar actualmente obras originales en papel de algodón a partir de 35 € sin enmarcar, y lienzos enmarcados en caja americana a partir de 150 €.
Para iniciar tu propia colección, te recomiendo adquirir obras originales de artistas emergentes contemporáneos con los que conectes. Esto te permite obtener arte de gran calidad más asequible económicamente y con potencial revalorización en el tiempo, aumentando el valor de tu patrimonio.
CONCLUSIONES
Añadir a tus espacios personales obras de arte con las que conectes y que transmitan serenidad incrementa tu bienestar, tu sentido de agradecimiento, plenitud, belleza y emoción.
Elegir una obra específica para tu espacio es una expresión de identidad, siendo una declaración de intenciones, de valor, de amor y de aceptación sin juicios.
Adquirir y contemplar arte original no solo estimula los sentidos, sino que permite una conexión profunda con el alma y la energía elevada de creación del artista, la cual queda impregnada en la obra y se percibe en el espacio donde se exponga.
Iniciar tu propia colección te permitirá poder expresarte y forjar tu identidad creativa, generando un vínculo emocional entre todas tus obras, a la vez que construyes un patrimonio de valor cultural.